Estuve en un tranquilo pueblo de la Barra de Coyuca tirada a la bartola y viendo las inmensas olas que se forman, es mar abierto. Nada que ver con las playas de Acapulco. No hice ninguna actividad impropia de la playa, es decir me limité a vegetar, tomar el sol, caminar y caminar playa arriba y abajo, comer y dormir en hamaca.
Acapulco está a 20 minutos de este paraíso y como es ya tradición nos acercamos por la noche a comer algo, yo ya no estoy para salir de juerga, me he hecho mayor. La verdad es que no conozco El Puerto de día y no tengo demasiadas ganas de hacerlo. Es como Benidorm pero en grande, tropical y con una bahía impresionante, ¡ah! y creo que el Clan Pajín no tiene futuro por allí.
Hasta nuestro destino, nos hicimos 400 kms de carretera por la Autopista del Sol. Esta carretera atraviesa un paisaje que corta la respiración para terminar entre campos de cocoteros, cerca ya de nuestro pueblito. Durante muchos años la explotación de la copra ha sido el modo de sustento de la zona, además del Galeón de Manila pero eso fue hace mucho tiempo.
En fin, que yo quiero tener un cocotero en mi maceta porque mantón de manila ya tengo.
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