No podía dejar de escribir sobre uno de los últimos negocios que he conocido en el Distrito, el alquiler de camas para entregarse a Eros. No es un invento, al menos mío. Es el negocio que tiene un amigo mío justo encima de su recámara, en concreto el business tiene lugar los lunes y martes de madrugada. Deben ser las horas propicias para el amor, lo que el sufrido vecino, mi amigo, no consigue disculpar es el baile de madrugada que se ejecuta sobre unos tacones.
Las gerentes de dicho negocio son un par de hermanitas universitarias, mitad Lolitas mitad India María. El lugar es el departamento que su papá compró hace unos años para cuando sus vástagas se fueran a la capital a estudiar. Los clientes son parejas de amigos de edad similar a la suya.
Las niñas le han salido de lo más emprendedoras y a mi amigo no le va a quedar más remedio que alquilar...esto promete.
.