El próximo lunes, día 2 de noviembre, es el día de los Santos Difuntos. Este es el llamado "Día de Muertos", en México.
A mí, me gusta más la versión mexicana de esta festividad, ya que se celebra la vida que pasaron junto a los ya "occisos pacíficos", frente a la versión hispana que se engalana de luto riguroso, llanto y ese forzado semblante triste que hay que poner cuando uno va de visita al cementerio. Detesto la palabra cementerio, tanatorio tampoco es que me vuelva loca pero tiene ese punto griego, ese yo que sé más amable. Aquí se utiliza la palabra "panteón", un término que me parece hermoso, será porque me recuerda a las clases de arte. Pues bien, los panteones se engalanan de velas y de colores, la gente va a pasar la noche completa a acompañar a los suyos, se come, se bebe y se canta lo que al finado le gustaba.
Panes, altares y calaveritas
Llevo dos meses comiendo pan de muerto y el fin de semana pasada puse mi propio altar de muertos en casa. El altar es una ofrenda donde se colocan las fotos de tus seres queridos que suele estar decorada con flores de cempazuchitl, un caléndula de color naranja rabioso. Se adorna con las cosas de comer y beber que les gustaba, así como dulces, bebidas, calaveritas de azúcar, panes de muerto, velas y adornos de papel picado. No os perdáis la entrada del día 2, prometo fotos del mismo y calaverita.
Hace unos años ya, los niños iban pidiendo su calaverita por las casas, estilo aguinaldo hispano. Hoy día, no piden calaverita piden su "jalogüin", cosa que me exaspera. Creo que me estoy haciendo una "costumbrista integrista".
Advierto, a los góticos les va a encantar esta festividad...siempre que adoren el naranja butano.
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miércoles, 28 de octubre de 2009
Previo del Día de Muertos
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