Este país es prolijo en costumbres y en estas fechas una no da abasto con el tema. Hoy es 28 de octubre, día de San Judas Tadeo. Hasta aquí no es nada novedoso, otro integrante de nuestro santoral católico. Lo curioso para mí y espero que para vosotros, es la devoción que se le tiene a este santo en esta ciudad.
La verdad que hasta hace unos meses yo desconocía totalmente todo lo que este apóstol movía a su alrededor. No recuerdo el mes exactamente pero si que era día 28 porque Larunner y una servidora fuimos al centro a ver una exposición, concretamente a San Ildefonso, justo detrás de Catedral y no parábamos de ver a gente con imágenes de todos los tamaños de un santo en la mano. El santo en cuestión estaba adornado con pulseras y enmarañados rosarios de cuentas de plástico amarillas y verdes alrededor de su cuello.
Pese a mi educación en colegio de monjas y las clases de arte que me he tenido que chutar en el instituto, no era capaz de distinguir a este santo. De lejos parecía el Sagrado Corazón de Jesús pero al acercarme se podía distinguir una llama, una lengua de fuego en la cabeza, a modo de aleta de tiburón. Larunner me dio una clase de hagiografía y costumbres en torno a este discípulo. Me explicó que todos los 28 del mes, los fieles devotos se acercan a la Iglesia de San Hipólito (no, no me he equivocado no es la iglesia de San Judas Tadeo) para que el párroco les bendiga la estatua en cuestión.
Presas de la euforia, decidimos que para la festividad del Santo nos acercaríamos a la Iglesia a recibir su bendición y hacer nuestra propia lista de peticiones. No lo había dicho pero seguramente los lectores más maduros sabrán que es el abogado de las causas imposibles, también tiene mano en tema de obtención de trabajos y aquí es el equivalente a San Cristóbal, patrón de los camioneros y traileros. Este santo es una joyita.
28 de octubre de 2009
Y el día de San Juditas, como se le llama entre los más cercanos, llegó y con él nuestra promesa de acercarnos a recibir in situ la bendición del mismo. Desde temprano, nos trepamos al metro puesto que las autoridades habían cortado los accesos a la iglesia. Lo cual parece bastante sensato si no fuera porque la iglesia está en el mero centro de la ciudad, sobre Reforma. Hecho este que ha tenido que provocar que más de uno se acuerde de la progenitora del Santito. Una vez en el metro, a sudar (¡Dios Santo, como necesita este metro aire acondicionado! ¡Chin, y se me olvidó pedirlo!), cuanto más nos acercábamos a la parada en cuestión, más proliferaban los tadeístas con santito en ristre, camisetas con el dibujo del homenajeado en el pecho, rosarios al cuello y flores en la mano. .
En la corta distancia que hay entre la parada del metro y la puerta de la iglesia encontramos todos los artículos de merchandaising que os podáis imaginar. Tras hacernos con nuestro escapulario y nuestro santito de plástico en versión mini, "de a" 8 pesos y 7 centímetros, nos pusimos en la cola para entrar al templo.
He de confesar que no tardamos demasiado y como diría Larunner "hemos tenido nuestro propio masaje y spa gratuito" gracias a la concentración humana y al clima. Una vez dentro, todo ha sido bastante más liviano. Hemos tenido tiempo de ver a nuestros correligionarios: familias completas; chicos de instituto con santos de un metro de altura; pandillas de modernos con gafas estilo Rayban, camisetas de tirantes, pendientes y tatuajes; chicas con sellos estampados en la cara con la imagen; señoras con el traje de San Juditas: túnica blanca con capa verde con un hombro al aire y medallón gigante de Jesús en el pecho de color dorado; y mucha gente anónima como nosotras.
Después de cumplir con nuestro cometido y recitado el pliego de peticiones en un poco propicio ambiente de recogimiento, nos volvimos para casita. Pero no iba a ser "de a gratis", nos aventamos una nueva promesa "Si San Juditas nos cumple con alguna de las peticiones imposibles, el año que viene, Larunner y una servidora venimos vestidas con túnica blanca y verde". Lo de conseguir la llama, va a estar en chino.