sábado, 2 de mayo de 2009

Con un pie en el avión

Estoy en el aeropuerto conectada al wifi, yo que presumo de ser analógica, en fin. Esta vez llegué con bastantes horas al aeropuerto porque al parecer había un control de sanidad. Dicho control consistía en rellenar una hojita del tipo de marque la que proceda "tiene tos, fiebre, dolores articulares, mocos..." Por supuesto que no, menos mal que no preguntaron si tenía menisco o apéndice porque ya no están conmigo, en mi cuerpo. Y lo más tecnológico era un escaner de temperatura, aunque yo parezco serpiente.

La verdad que todo está muy tranquilo, no hay más follón del habitual. Todo el mundo se esconde detrás de la marcarilla y por supuesto seguimos con cara de "Serial Killer", lo habitual en estos días.

Mi compañero de tres sillas más allá, la cosa no está para intimar, se está comiendo un bocata de pechuga de pollo empanizada y me está dando un hambre que estoy por sacar mi sandwich de jamón serrano y hacer una oda al puerco, tan de modo en estos días. Creo que me contendré porque si mal no recuerdo he pedido comida vegetariana y suelo pasar hambre o en su defecto me toca pollo o pasta y me da un repelús...

Ya solo queda una hora para que alcemos el vuelo pero como esto es México nunca se sabe que más nos puede pasar antes de abordar. Espero que todo bueno como hasta ahora.
Por cierto, me he comprado unos caramelitos porque esa tos nerviosa que me adorna puede generar pánico entre mis compañeros de vuelo.

Lo dicho, mañana más y mejor desde casita.
A partir de mañana comienza otra vez mi "exilio vírico" porque una tiene conciencia y mis vecinos no tienen la culpa de mi vida errante.