Todas las mañanas paso por delante de un comercio que está especializado en bodas. Puedes organizar tu casamiento con ellos, desde comprarte el vestido, bordar unas pantuflas con tus iniciales y las del susodicho, hacer las invitaciones (atención puedes meterla en una botella, en plan Naufrago), alquilar el mobiliario o reservar el restaurante para celebrar el banquete, lo puedes hacer todo. Un servicio integral según su página web, lo cual facilita bastante la vida a los contrayentes.
Lo más curioso es el cartel que hay debajo del telefonillo que permite el acceso "solo se permite el acceso a personas que desean ser felices".
¡Chin! Se han cargado de un plumazo el anhelo legítimo que tienen los solteros de este mundo de perseverar en su estado civil. Por cierto, para muchos es la clave de su felicidad.
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