sábado, 5 de noviembre de 2011

Adoro la campaña, ¿o era la champaña?

Casi cinco millones de parados; una histórica fecha elegida a mala leche, 20N; un debate que nadie quiere debatir; unas encuestas supermega cocinadas para movilizar a la izquierda a que vote; la derecha más derecha agazapada y por primera vez y de momento, calladita (y como diría aquel "mordiéndose una teta") y supongo que pensando porque fueron tan capullos con su ahora omnipotente presidente durante estos años; y esa izquierda depilada totalmente, sin ceja y sin ese "qué nada te cambie", con los reyes de la pana González y Guerra de bolos por España. ¡Esto es España! ¡Dios mío, si es que no le tenemos que envidiar nada a los griegos con su  Papandreu y a los italianos con su Berlusconi!

He de reconocer que debo ser de los pocos humanos que le gustan las campañas, pero no puedo alardear en público porque reconozco que conllevan un gasto inútil de dinero, ya que solo deciden un 5% del voto y este sale carísimo. Si tenemos en cuenta que una servidora cumple con el ritual por correo desde sus más tiernos 18 años, pues como que la campaña me pilla de esa manera, de la del 95% que no la necesita. Eso sí, se me ponen palomitas en el estómago cuando el empleado de correos me entrega el sobrecito con todas las candidaturas y compruebo la cantidad de partidos que se presentan y que quieren pillar tajada. En ese momento pienso que la culpa de todo la tiene un tipo que nadie conoce y que se llama Víctor D'hont.

Pero volviendo a este gusto tan caro, que no refinado, que tengo. Confieso que se debe a los operadores de comunicación del PSOE, me parecen soberbios. Pero hay que ser justos y decir que me hace muchísima gracia el complejo que tiene el PP por ser derechas, que yo sepa no es un delito, y los mensajes tan poco valientes que emplean en su comunicación. Parece que no pero las campañas para mí son como un lifting, durante esos quince días, rejuvenezco.  Recobro la perplejidad infantil que aún llevo dentro cuando el PSOE va presentando sus anuncios.

Ahora que el lema de "Pelea por lo que quieres" pues de momento ni fú ni fá, me parece una arenga a ese sentimiento a lo 15M que todo españolito lleva dentro y que precisamente nos empuja a mandarles al carajo. Pero como no creo que el azar haga tándem con Rubalcaba, mi alma de adicta a los culebrones espera la próxima entrega que debe estar por llegar.

El lema pepero de  "Súmate al cambio" me parece difícil de enunciar y lo asocio a la expresión de "Multiplícate por cero" lo cual me lleva a los Simpson (creo que es un dejavú, no me lo tengáis en cuenta).  Será que tengo alma de excel.  Vamos, que muchas ganas de buscar lema no había y se ha elegido uno facilón y ligerito. Pues nada, a mantenerse que es la estrategia. Podrían haber puesto la imagen de Bruce Lee y el rollo de doblarse como un junco, pero supongo que al líder barbado el kimono negro no le favorece demasiado.
Y hasta aquí puedo escribir de momento y si ningún partido lo remedia, tenemos por delante los 15 días de campaña más aburridos que una ciudadanía pueda vivir.

¡Esto va a ser hartamente difícil de superar!
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