martes, 22 de diciembre de 2009

Ni pato pekinés, ni pato a la orange

Simplemente mi pato otoñal relleno. Me he comido parte de mi pato y digo parte porque llevo dos días teniéndolo como dieta base. Me salió delicioso.
El animal no era demasiado grande pero le embutí paté, orejones y piñones y el pobrecito está dando de sí una barbaridad. Que el sacrificado sea deshuesado sale más caro pero merece la pena, porque a la hora de partirlo es bastante más fácil y vistoso. De sobra es conocido como me desmerece la presentación del producto, sobre todo cuando tengo que lidiar con el cuchillo de trinchar.

Como acompañamiento, lo he servido con ensalada y con puré caserito de manzanas al estragón. No sé si está más rico calentito, recién hecho o frío. Eso sí, es para personas que tengan un buen paladar porque no es un sabor suave, tiene contundencia.
¡Prueba superada ! Estoy deseando comprarme otra mascota digerible
.