lunes, 30 de mayo de 2011

Mayo silencioso

Mayo, contra todo pronóstico, ha sido un mes relativamente silencioso, por primera vez desde que tengo memoria, unas elecciones han sido en voz baja, al menos a mi alrededor. No se puede decir que huyo de la información política (he dicho información y no propaganda) al contrario, la busco. Soy así de rarita.
Lo bueno de estar en crisis es que o no hay para camiones con altavoces, panfletos a gogo, tapizados faroleros o han decidido atacar desde la redes sociales, cosa que agradezco porque contra todo lo que se dice, no te llega si no accedes y dicho y hecho, no he accedido. Esto último no se contradice con el pensamiento anterior de que busco la información. Sí, busco y rebusco y encuentro una información repensada, propia de un editorial y no la agenda del día del político de turno, de esos que cuentan a través del Twitter que acaba de besar a un niño, sacarse la foto con el pescadero o convocar a diestro y siniestro en la plaza del pueblo con reparto de limonada y rosquillas del Santo incluídas.

Pero además, el silencio de esta campaña en los medios ha sido facilitado por el movimiento social del 15M. Un movimiento que mediáticamente nos ha facilitado la vida a los votantes por convertirse en materia de los noticieros y mordaza de los partidos. Pero como nada es eterno, este tirón informativo ha sido superado por la partición de las aguas socialistas y la caminata de  Rubalcaba con la propuesta de primarias en las manos (me troncho de la risa) y ante hecho tan bíblico, el silencio ha caído sobre Sol.

Ahora, agotados gran parte de los atributos propios del movimiento como materia informativa queda lo más difícil, la vuelta a casa de los indignados.
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