domingo, 17 de octubre de 2010

Vamos camino del día de muertos

Sí señor, ya queda menos. El próximo día 2 de noviembre es día de muertos y por supuesto habrá calaveritas(1) para los cuates, altar de muertos con mi gente y espero que Lamadrileña se arremangue y nos prepare un delicioso pan de muertos para tomar con chocolate.

Después de esta declaración de principios, paso a exponer que  soy parcialmente favorable a la postura de la Iglesia Católica en cuanto a la no celebración de Halloween.
¿Pero qué es eso de celebrar ese rito pagano anglosajón que nada nos favorece a las que somos chaparritas, a las que el margaretastor nos provoca un sarpullido y a las que la calabaza solo nos entusiasma frita y con longaniza como la prepara Mousie? Pues eso, que me declaro en rebeldía que ni disfrazada de bruja ni de calavera, hasta aquí la postura afín a la Conferencia Episcopal. Ahora viene la divergente, y es que sinceramente vestida de santa a lo Santa Margarita María de Alacoque (con visiones incluídas, con todos mis respetos para la Santa) tampoco me veo.

La verdad es que creo que vivo en un eterno día de muertos porque no hay día que no me acuerde los míos y me provoquen una sonrisa. Es lo que tiene ser agradecida.
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(1)"Calaverita: verso festivo que a manera de epitafio se compone dedicado a personas vivas o bien presentándolas humorísticamente como seres de ultratumba, con ocasión del día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre" en Diccionario de mexicanismos, Gómez de Silva, Guido. México: Fondo de Cultura Económica, 2001.
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