miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Quién dijo miedo?

Ayer me echaron de clase de tenis por mala, vamos por tener poco nivel. Eso sí, de manera deportiva se me conminó a cambiarme de grupo y mira que yo intenté que no se saliera la pelota de la pista, vamos de la alambrada. Por supuesto, que no se podía pedir que "entrara", eso es para profesionales.

¿Cómo se dio cuenta el profesor que era tan mala? Le bastó verme con la raqueta en la mano y pelotear con un amable caballero que llevaba dando clase dos añitos. Tiempo que ellos llaman "iniciación avanzado" pero que la señorita de las inscripciones no supo descifrar y que voluntariosamente me asignó, vamos que me mandó allí, a los leones.
Mi examinador no se quería quedar con la duda pese a la confesión firmada que le hice de mi nula habilidad para este deporte. Así es que me solicitó amablemente que diera una serie de golpes del revés... ¡madre mía! la cosa fue a peor, su cara de sorpresa aumentó al descubrir que devolvía las pelotas con una sola mano.
En fin, hoy vuelvo a intentarlo. Esta vez espero causar mejor impresión, aunque lo dudo porque mi mentor, que ejerce de coordinador de la escuela, estará allí esta tarde.
Si me echan del grupo de hoy espero tener la oportunidad de apuntarme con los niños.
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