Estuve en Baja California, deseaba conocer la zona desde hace más de 15 años, pero nunca había tenido la oportunidad. De pronto, la oportunidad se acercó a mi vida y allá que me fui sin saber que probaría el más delicioso y sabroso clamato.
Para aquellos que no sepan lo que es un clamato les diré que es la maravillosa versión mexicana del Bloody Mary, con almejas chocolatas, jugo de tomate, naranja y limón, apio, salsa tabasco, salsa Worcertershire, sal y pimienta y en este caso caviar y un "piquete" de tequila, además de los ingredientes secretos.
Tengo pruebas de que no fue un sueño, existen documentos gráficos que saldrán en breve a la luz donde se puede ver la enorme jarra de cristal que contenía esa sublime bebida.
La dueña del lugar una señora con aspecto de hippie californiana, y de nombre y acento californiano de México se preguntó si una servidora le iba a gustar tan suculenta bebida, cuando la mesera confirmó mis personales peticiones se dio cuenta que estaba hablando con una adicta a esta bebida.
Dónde
Baja California Sur es un paraíso donde la temperatura a lo largo del día puede llega fácil a los 50, sin ser un día especialmente bochornoso. Esto no se sabe demasiado bien hasta que no se disfruta. En ese momento, empiezas a darte cuenta que los 40º a los que estamos acostumbrados los castellanos son triviales.
Este estado es la parte meridional de la península de California, una belleza desértica acotada por el Océano Pacífico (Poniente) y por el hasta ahora gran desconocido para mí, el Mar de Cortés (Oriente).
Para los adictos a esta bebida que creo que somos legión pero que estamos ocultos, les diré que en el km. 69 de la carretera 19 de esta península, en concreto a 20 kms de Todos los Santos. Sí, donde el cansino Hotel California de los Eagles (prometo otra entrada), está el bar llamado Arts and Beer.
En este extraño establecimiento de estilo desértico indefinido sirven además del ya alabado clamato, unas almejas chocolatas de tamaño prehistórico y unas deliciosas tostadas de marlin, una orgía para el paladar.
Por cierto, en la palapa del fondo corre una brisa que uno no espera.
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