domingo, 17 de julio de 2011

Shostakovich, hortensias y borbones

Jardines de la Casita del Príncipe sembrados de grandes hortensias rosas, el Trío Mozart de Deloite tocando a Shostakovich en directo bajo un pequeño vendaval y una servidora, leyendo Mansfield Park en versión original  a la sombra de un pinsapio.
Me temo que mi concepto de pasar una mañana estupenda no tiene nada que ver con las juergas que se corría Carlos IV en la casita pero es que yo soy así, estoica y con una contención muy británica, como decirlo ...muy a lo  Fanny Price.
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domingo, 3 de julio de 2011

Merengues gais

Este año me dí cuenta que Burger King se había travestido, como ya lo hiciera el McDonald de Gran Vía el año pasado. Esa iba a ser mi foto, cuando de pronto los ví, estaban ahí, eran preciosos, una colección de merengues gais que no dejaban de chistarme, no pude resistirme y volví mi cabeza.

Era el escaparate del Horno de San Onofre*, una de las pastelerías más hermosas de Madrid. Un paraíso para los golosos y los que no somos tan golosos. Donde no puedes dejar de mirar a todos los lados, de respirar ese maravilloso olor a pan, de desear que sea la Noche de Reyes para comer su delicioso roscón y por supuesto de volver a ser un niño.

Me fui de Chueca antes de que llegara la cabalgata por allí.  El calor y la muchedumbre tuvieron la culpa pero descubrir en mi huida este escaparate, me hizo reencontrarme con la sutileza, dulzura y belleza de la que adolecía la jornada hasta ese momento.


*La música de la página web es una maravilla.
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viernes, 1 de julio de 2011

"Me llamo Iñigo Montoya. Mataste a mi padre. Prepárate a morir"

Ayer fui al cine de verano, tuve una regresión en mi vida. De pronto tuve un flashback y ahí estaba yo, preparada para ver la película de "Todo es posible en Granada" de Manolo Escobar al otro lado del puente romano, en una calurosa noche de verano de hace más de veinte años. La sensación fue la misma, excitación previa a la proyección.

La sábana fue sustituida por una pantalla hinchable extra gigante y el formato digital terminó con los maravillosos rollos pero algo no cambia, el sonido se iba y venía mientras docenas de chiquillos gritaban.
La película elegida fue la Princesa Prometida, no me acordaba de lo divertida que era. Realmente una noche genial, llena de humor, espadachines, sicilianos envenenados, gigantes rimadores, españoles cansinos, hombres de seis dedos, un Billy Cristal irreconocible y una música soberbia.
¡Qué más se puede pedir!
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