Parece el nombre de una pésima peli porno setentera pero es una frase de una de mis amigas, Eliza Doolittle.
Eliza me confesaba que creía que los mitos eran asexuales como los ángeles, como Michael Jackson (D.E.P) o como lo puede ser Audrey Hepburn (al menos para mí, que sí que muy elegante pero atracción sexual, cero patatero). En los últimos días, Miss. Doolittle había constatado que su idolatrado Henry Higgins deseaba enseñarle algo más que a pronunciar correctamente.
Sirva esta anécdota para hacer una pequeña reflexión sobre la condena a no entendernos que padecemos los hombres y las mujeres cuando de amor y relaciones se trata y se habla. Esto seguramente esté ya avalado por algún estudio sobre los códigos amorosos de aproximación entre los diferentes sexos, desde una perspectiva biológica y todo ello financiado por alguna reconocida universidad americana.
Contra la parte más biológica del asunto se han propuesto soluciones formativas como la educación mixta en la primaria, la convivencia con hermanos y amigos de otro sexo e incluso que recibamos una clase de "educación para la igualdad" todo ello ayuda pero aún seguimos sin entendernos.
Las señales que nos enviamos son malinterpretadas u obviadas por el contrario, no hablamos el mismo idioma. Creo que la RAE debería plantearse un diccionario de "español para hombres" y de "español para mujeres" donde además se incluya un extenso apartado de lenguaje no verbal. De esta manera mi amiga podrá seguir tan cándida (sig. 1) como siempre, ser ella misma, sin tener que plantearse lo de "los mitos tienen pito".
Lo importante no es solo que Eliza sepa decir "la lluvia en Sevilla es una maravilla", sino que Higgins interprete correctamente la frasecilla.
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