sábado, 16 de marzo de 2013

Regreso al futuro energético


Esta semana el correo me ha facilitado un dejavú energético inverso. Suena algo complicado pero es muy sencillo de explicar. En el buzón de mi casa apareció una octavilla, era la publicidad del distribuidor  oficial de gas butano. A punto estuve de doblarla para deshacerme de ella pero entré en el ascensor e instintivamente deslicé mi mirada sobre la hoja. Decía así:

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Cuando acabé de leer la publicidad, fue inevitable, me vino a la cabeza la imagen de Javier Cámara en la película Torremolinos 73. En ella, interpretaba a un joven que tenía que meterse a actor porno casero (Alfredo López) junto con su señora,Candela Peña, para poder vivir. Era un vendedor de enciclopedias que no llegaba a fin de mes.
Ellos mismos se inventaban los argumentos y como no, uno fue el del mito del butanero llamando a tu puerta. Supongo que era la versión hispana de la escena tórrida de la mesa de la cocina con Lana Turner y John Garfield en El cartero siempre llama dos veces.
Javier Cámara hacia de repartidor de butano, lucía el mono naranja anudado a la cintura y camiseta interior de algodón o lo que en mi casa se ha llamado toda la vida "camiseta de Jesús el de 'La Gamba'". Sujetaba con una sola mano sobre su hombro una bombona de butano mientras se apoyaba en el quicio de la puerta de la cocina. Lucía un sex appeal  más que dudoso, casposo... y en esas estaba cuando el ascensor llegó a su destino y a mí se me erizó el vello, no por imaginarme a un butanero de esta guisa llamando a mi puerta, qué también, si no por tener que volver a estar pendiente de que pase el camión del butano tocado el claxon. Estoy convencida que con la suerte que tengo no estaría en casa para poder atender sus requiebros energéticos y volvería a ducharme con agua fría.

No descarto que esto pase y tenga que echar mano de esta propuesta energética. Y a esperar que Alfredo López se apoye en el quicio de mi puerta.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Dios está en todas partes...

...pero atiende en Buenos Aires

No hacía falta echar mano de las profecías de Malaquías. Si hubiésemos buceado en el refranero popular latinoamericano, la fumata blanca hubiese sido innecesaria.
Tenemos Papa y es un porteño, con nombre de culebrón Jorge Mario, de ascendencia italiana (faltaría más viniendo de Argentina), habla español y ya como exotismo, es jesuita.

Por fin, la Iglesia tiene un papa "negro", bueno ahora tiene dos. El Prepósito General de la Compañía de Jesús que en la actualidad es un palentino, Adolfo Nicolás y a Jorge Mario Bergoglio.

El nombre elegido es Francisco I. A esta hora, desconozco el porqué de la elección de Francisco, pero antes de que se apunten el tanto los italianos, por lo del santo de Asís, pues me sale la vena patria y yo me apunto a que ha decidido honrar a San Francisco Javier. Y si tenemos que buscar otra conexión, sirva que ayer día 12 de marzo se cumplió 391 años de su canonización. Aunque yo me hubiese puesto el nombre de Ignacio. Ya sé, ya sé, el Papa Nacho no suena muy serio pero si hablamos de seriedad, el Papa Paco tampoco es que suene mucho mejor.

En cuanto a su desempeño pastoral y político, el tiempo lo dirá. Perfil de duro tiene, aunque sus primeras palabras han sido bastante cálidas, eso debe ser  el deje porteño.

Pues nada, "habemus papam" y que sea para bien porque al igual que la elección del presidente de Estados Unidos, esta elección nos afecta a todos, católicos y catódicos.