Mi mantra en los últimos años era "menos mal que nos queda Portugal". Me lo repetía periódicamente para poder sobrellevar, a nivel anímico, lo que tenemos encima al otro lado de la Raya. Pero ayer se truncó todo, no por la burbuja inmobiliaria que no han tenido, pero sí por el precio del dinero y la deuda que les ha comido. Desgraciadamente están como lanchita en pleno hundimiento del Titanic, esperando un rescate.
Para tranquilizarme recordaré a la última ganadora de GH, que ha dicho sin ningún pudor que no había ningún país en la Península Ibérica. Luego, Portugal al no existir, no tiene este problemón y con mucha suerte, España no lo acusará tampoco. Se me olvidaba la cantidad de activos lusos que tienen nuestros bancos ¡Me cachis en la deuda pública, el efecto contagio y las agencias de calificación!
Definitivamente nuestros gobernantes están a la altura de sus electores. Después de esto, ya tengo nuevo leit motiv ¡A callar y a remar!
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jueves, 24 de marzo de 2011
El Titanic luso
martes, 22 de marzo de 2011
Misa de 11 sindical
Esta semana, los dos sindicatos mayoritarios de este país han programado en mi pueblo, una charla sobre el acuerdo económico en relación a las pensiones y al empleo, cosa que me parece además de respetable, interesante. Considero que saber la posición de este colectivo sobre la situación económica que atravesamos, no está de más. Para ello han elegido una hora muy apropiada, las 11 de la mañana de un jueves.
A mí, un acto a estas horas me recuerda a los domingos de mi infancia; a Don Pedro, el párroco de mi iglesia; y a los cinco duros de chucherías que me compraba a la salida, pero no sé porqué no me evoca nada relacionado con líderes sindicales comarcales, pero tampoco me sorprende una convocatoria en pleno horario laboral.
¡Qué poca capacidad de sorpresa tengo!
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