El martes de la semana pasada fui al cine a ver Vivir es fácil con los ojos cerrados, justo cinco días antes de que la película ganara todo lo ganable en los Premios Goya. Me pareció tan amable que me sorprendió gratamente lo obtenido, la verdad.
Después de la sesión, hubo una larga y distendida charla con el director David Trueba y la protagonista femenina Natalia de Molina. Bueno, la chiquilla es todavía muy chiquilla y la embarga la timidez pero hizo lo que pudo. La velada se convirtió en una de esas oportunidades maravillosas que pasan en el Santo Reino a costa de la iniciativa Encuentros con el cine español. El año pasado estuve en la sesión del hermano mayor, Fernando y ahora en la del menor. Es cuestión de estar informada y correr como una loca a la taquilla para sacar el boleto que tan solo cuesta 1.50 € e incluye al director en carne y hueso al final de la proyección.
Mi compañero el Filmlover sentenció que la historia no era creíble, y yo dije ¿y por qué ha de ser creíble? ¿no puedes simplemente disfrutar de la historia sin más? Pero lo más curioso es que las tres historias tienen una base real y no solo la conocidísima historia del profesor de inglés de Cartagena.
Trueba nos narró como un encantador de serpientes de donde sacó la historia del joven que se larga de casa antes de cortarse el pelo o las diferentes historias de algunas féminas que tuvieron que enfrentarse a una situación de un embarazo inesperado en los años 60-70 y como construyó la historia de Belén. Pero pese a la realidad existente a mi compañero el encuentro entre los personajes no le safisfizo. A mí, me encantó. Supongo que es porque a lo largo de mi corta vida he ido coincidiendo con gente muy dispar que te acompaña en una parte del camino o porque simplemente disfruté del cuento y no saqué papel y lápiz para analizar el relato.
La película no deja de ser un tebeito que diría mi Santa. Es una comedia que se ve con bastante alegría y que al acabar te deja no solo el cuerpo en muy buen estado sino una sonrisa en los labios y algunos mensajes bastante potentes, eso sí para el que quiera tomarlos. Es más, yo diría que es hasta terapéutica y es española. Lo que a muchos les debe provocar un sarpullido y a mi me da risa.
Pero yo, me quedo con el verbo fácil de David Trueba, su agilidad mental y la cercanía de un señor que cuando iba caminando por el pasillo central hacia la pantalla para iniciar el coloquio, iba tarareando la canción de la Guerra de las Galaxias. Si hombre, la de chanta, tatatachaaaaanta...
jueves, 13 de febrero de 2014
David Trueba o como "encantar" a una sala
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